El Pensador / Auguste Rodin |
“Los hombres de Israel compartieron con ellos
sus provisiones sin consultar al oráculo de Yavé. Josué les dio la paz y firmó
con ellos una alianza que les garantizaba la vida; después de eso los jefes de
la comunidad les hicieron un juramento.” Jos 9, 14-15
Mi Dios, mi querido Dios, en esta cita, “ellos”
son los gabaonitas, un pueblo que fue astuto y lograron garantizar que no
serían masacrados por Israel. Lo hicieron a base de mentiras, logrando con
ellas tocar el corazón y la buena voluntad de Josué y los Israelitas. Lo
significativo, creo, es la respuesta de Israel: “Josué les dio la paz y firmó
con ellos una alianza”, pero lo hicieron “sin consultar al oráculo de Yavé.”
No sé si estoy o no en lo correcto, pero según
entiendo un oráculo pretender ser una respuesta divina que se da a través de un sacerdote,
o una persona capacitada para interpretarla. Son diferentes los medios para
realizar una consulta. Los israelitas, según he leído, contaban con el “urim” y
el “tumim”. En Levítico 8, 8, leemos: “Luego le puso (Moisés a Aarón al hacerlo
sacerdote) el escapulario llamado Pectoral, en el que depositó el Urim y el
Tumin (o sea, dados para consultar a Yavé)”
Sobre estos dados el comentario de la Biblia
Latinoamericana dice: “Se hacía una pregunta y la posición de los dados
indicaba la respuesta. [..] No se debe olvidar, sin embargo, el error
monumental de 2 Sam 21". No entraré en detalles, pero consultar los dados en ese
momento llevó a gente inocente a la muerte.
Lo importante de todo esto es que “no se
consulta” con “suertes”. El verdadero Oráculo de Yavé es su Palabra. Se estudia
la Palabra, se contempla, se analiza, se cuestiona su sentido, se hace un
esfuerzo enorme por comprender, y se “actúa en conciencia”. Y en conciencia
determinas si hiciste bien, y también en conciencia defines dónde y cómo lo
puedes hacer mejor, y dónde y cómo de plano cometiste un error. Ni las cartas,
ni los dados, ni las piedras, ni nada que “eche suertes” es digno de confianza
porque cuando hacemos eso, dejamos de asumir la responsabilidad de actuar bajo
conciencia. Si has de actuar que sea en “conciencia”. La Ley es absoluta y
siempre se cumple. ¿Cómo queremos que se cumpla en nuestra vida? Asumamos
nuestra respuesta y nuestra responsabilidad.
Esto que digo hoy no lo pensaba antes. En
diferentes momentos de mi vida y ante la desesperación he consultado oráculos:
me han leído las cartas, he consultado el I-Ching, y fui en una ocasión a ver a
un angelólogo que consultó cartas (digo, aunque sean cartas de ángeles, son
cartas). Lo pienso hoy porque hoy comprendo que la Verdad no se presta a la interpretación.
Aprender a ver el mundo lo más objetivamente posible y a actuar con principios
morales y éticos, es esencial. Aprender a cuestionarnos, a tomar decisiones y
saber bajo qué principio y con qué fin estoy tomando esa decisión, es lo
correcto, porque no te abre la posibilidad de lavarte las manos ante esa
decisión que es tuya y solo tuya. Y si te equivocaste, aprendes de eso. Pero si
las decisiones que tomamos las hacemos guiados por algo externo, lo primero que
hemos hecho es renunciar a la responsabilidad de nuestra decisión. Hemos negado
nuestra conciencia y sin ella, ¿quiénes somos?
Danos, mi Bien, la voluntad de tomar conciencia
de nuestras acciones, responsabilizarnos de las consecuencias de nuestros
actos, y aprender de ellas. Te amo.
____
Foto tomada de "El Pensador": https://es.wikipedia.org/wiki/El_pensador
Me pareció, además, valioso compartir lo que el escultor dijo sobre su obra:
El Pensador tiene una historia. En los días pasados, concebí la idea de La puerta del Infierno. Al frente de la puerta, sentado en una roca, Dante pensando en el plan de su poema. Detrás de él, Ugolino, Francesca, Paolo, todos los personajes de La Divina Comedia. Este proyecto no se realizó. Delgado, ascético, Dante separado del conjunto no hubiera tenido sentido. Guiado por mi primera inspiración concebí otro pensador, un hombre desnudo, sentado sobre una roca, sus pies dibujados debajo de él, su puño contra su mentón, él soñando. El pensamiento fértil se elabora lentamente por sí mismo dentro de su cerebro. No es más un soñador, es un creador. [...]
Lo que hace que mi Pensador piense, es que él piensa no sólo con su cerebro, con su ceño fruncido, con sus fosas nasales distendidas y sus labios comprimidos, con cada músculo de sus brazos, espalda y piernas, con su puño apretado y sus dedos de los pies agarrados.
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Foto tomada de "El Pensador": https://es.wikipedia.org/wiki/El_pensador
Me pareció, además, valioso compartir lo que el escultor dijo sobre su obra:
El Pensador tiene una historia. En los días pasados, concebí la idea de La puerta del Infierno. Al frente de la puerta, sentado en una roca, Dante pensando en el plan de su poema. Detrás de él, Ugolino, Francesca, Paolo, todos los personajes de La Divina Comedia. Este proyecto no se realizó. Delgado, ascético, Dante separado del conjunto no hubiera tenido sentido. Guiado por mi primera inspiración concebí otro pensador, un hombre desnudo, sentado sobre una roca, sus pies dibujados debajo de él, su puño contra su mentón, él soñando. El pensamiento fértil se elabora lentamente por sí mismo dentro de su cerebro. No es más un soñador, es un creador. [...]
Lo que hace que mi Pensador piense, es que él piensa no sólo con su cerebro, con su ceño fruncido, con sus fosas nasales distendidas y sus labios comprimidos, con cada músculo de sus brazos, espalda y piernas, con su puño apretado y sus dedos de los pies agarrados.
Auguste Rodin
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