“Pero Yavé no quiso destruir a Judá, en consideración
a David su servidor, y a la promesa que le había hecho de darle siempre un
heredero entre sus hijos.” 2 Re 8, 19
Esta preciosa cita está inmersa en una narración de guerras
y conflictos entre reyes y poderes. Así es Dios, en medio del caos se hace
presente y nos garantiza una cosa: eres amado.
No ser amado es destrucción. La indiferencia te hace
inexistente, pero para Dios existimos. Dios no quiso destruir a Judá y no
piensa destruirnos. No quiere destruir nada en ti ni en mi ni en nadie. Y ese
deseo de amarnos por encima de todo, lo hace por consideración a esa parte de
nosotros que es única, y que cómo David, no es perfecta, pero tiene la
capacidad de despertar a la consciencia. Y despertar es Vivir. Dios es Vida que
quiere ser vivida.
Les comparto un poema en la voz del poeta que tuvo a
bien escribirlo. Se llama: “Me encanta Dios”, de Jaime Sabines. Esa es la
oración de hoy.
Que Dios nos dé la capacidad de volvernos viejos
magníficos que no se toman en serio. Y que Dios Bendiga a Dios. Te amo.
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