Foto de Sandy
Millar en Unsplash. Composición Amida Castro.
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“Llegó un hombre que
venía de Baal-Salisa; en su saco traía al hombre de Dios veinte panes de cebada
y de trigo que habían hecho con harina recién cosechada. Eliseo le dijo:
«Dáselos a esos hombres para que coman».
Pero el sirviente le dijo: «No me alcanza para repartírselo a cien
personas». Replicó: «Dáselos y que coman, porque esto dice Yavé: Comerán y
sobrará». Les sirvieron, comieron y les sobró, tal como lo había dicho Yavé.” 2
Re 4, 42-44
Mira, razones para
odiar y echarles en cara todo lo abandonada y sola y triste que te dejaron, hay.
Razones para tomar el exceso de tu tristeza y dejarlo todo desvanecerse en un
último suspiro, hay. Motivos para mirar a tu alrededor y no poder creer que
alguien sufra y nadie haga nada, hay. Es completamente cierto: no importa lo
que hagas, lo que pidas, lo que necesites, nadie te lo dará porque no importas. De manera evidente, nadie importa. Al final, todos vamos a morir. Y es hasta entonces que terminamos siendo santificados. Eso hacemos siempre, verdad: “era tan buena”- pero
nadie recordará las veces que pudo haber hecho algo por ti y decidió no
hacerlo.
Sí, hay razones
suficientes para morir. Las hay. Y comprendo perfectamente que seguir viva ante
la indiferencia de tu existencia es absurdo. Pero, el amor es absurdo. No te
resistas a amar. No has venido a este mundo a cambiarlo. El mundo ya se condenó
a sí mismo hace mucho tiempo. Estas aquí para abrir los brazos y saber que
aquellas personas que amas no serán capaces de dejar sus puestos, sus ideas,
sus prejuicios ni sus orgullos para abrazarte. Y comprendo perfectamente que
este mantener los brazos en alto esperando una respuesta que no ha de llegar te
ha agotado…
¿Te parece que
extiendas tus brazos sobre mis brazos y juntos vivamos el vacío de un amor que
no ha sido capaz de manifestarse? ¿Te parece que sea Yo la cruz que te sostenga
en el abrazo vacío de la presencia de aquellos a quienes amas? Esta cruz, que
soy Yo, no es mucho, y está a la intemperie. No alcanzará a cubrirte, no podrá
aliviarte, no tiene la capacidad de brindarte el calor que necesitas ni podrá protegerte.
Quedarás completamente expuesta no sólo a tu soledad, sino también a la burla y
el desprecio de quienes colocarán encima de ti sus intolerancias. Te culparán,
te señalarán, dirán que tú cavaste tu propia tumba, y te llamarán cobarde.
Dirán que has hecho una tormenta de una brisa, y no serán capaces de ver cómo
el aleteo de cada una de las mariposas de su indiferencia sistematizada le ha
dado impulso a este huracán. (1)
Y desde aquí, desde
esta altura forzada y suspendida, desde este dolor y esta garganta que ya no
tiene voz ni puede gritar, ni tiene fuerza para irrumpir en templos y decirles:
“¡La casa de mi Padre no es cueva de lobos rabiosos que viven para despedazarse
los unos a los otros!” Desde este frío y este rostro empapado en lágrimas, te
pido, mi bebé, ni amorcito, mi dulce niña: déjame morir. Estoy cansado de
intentarlo. El mundo no va a cambiar. La gente no va a cambiar. Pero tú, mi
hermosa niña, sí. Y serás pan en abundancia. Pero tienes que dejarme morir con
este odio que llevo incrustado en el pecho.
Yo sé que este odio es amor
dolido, es amor ignorado, es amor que nadie ha sabido ver, y sé que es lo único
que tienes y sientes que, si lo dejas ir, serás tú quien muera. Pero no. Ese
amor te ha hecho daño. Está sembrado en tierra de piedras y ahogado en el exceso
de egoísmo, en la ingratitud y en la intolerancia hacia aquello que no
comprenden. Es un amor que no es libre porque somete su voluntad a formas y
dogmas y tradiciones y creencias en las que, a ratos, ellos tampoco creen, pero
conservan para tener un lugar en el mundo. Tú comprendes eso muy bien: la
necesidad de tener un lugar en el mundo. Un lugar que no tienes. Si lo tuvieras,
mi niña, ¿acaso no lo defenderías a capa y espada, como hoy defiendes este amor
dolido que ha sido juzgado y condenado a la soledad y la intolerancia? Bien,
pues eso es lo que ellos hacen: se defienden porque una pregunta es capaz de
cimbrarlo todo. Y tú haces muchas preguntas.
Ellos también sufren y
viven sus cruces y sus soledades, pero no han aprendido a gritarlo en el
templo. Ni lo harán. Sería un suicidio social, una crucifixión de su persona ante
el mundo y lo que ellos creen que soy Yo. Ellos también me aman y Yo, les amo
también. Y no sólo eso, Yo, y ahora, espero tú también, los comprendo como
nadie: cuesta trabajo dejar morir formas de vida que nos han sostenido por
siempre.
Pero mi amor, es hora de
dejarlo morir. Ese odio, ese amor dolido, déjalo morir. Te invito a vivir
conmigo, a mi lado, en este abrazo inexistente de brazos abiertos que nadie tiene
a bien sostener. No te resistas más y ama. Ama su ausencia, que bien vista es
mejor que su intolerancia, ¿no crees? Ama lo que eres capaz de ver en ellos,
aunque no sean capaces de mostrarlo. Tú, mi amor, ya no tienes nada que
demostrar. Hiciste lo que tenías que hacer, y aunque nadie pueda reconocerlo y
pedirte el perdón que mereces, ni darte las gracias que necesitas, tu esfuerzo y
entrega sí fueron vistos y recibidos. Yo los ví y Yo los recibí. Y también Yo lamento, siento mucho que hayas
tenido que pasar por esto. Y Yo te doy las gracias por tanta entrega y tanto
esfuerzo. Sin ti, no habría podido tocar las vidas de aquellos a quienes les
has dado todo lo que tienes.
Desde aquí, desde mis
brazos y con mi apoyo, nadie podrá lastimarte. Te harán daño y llorarás, pero ¿lastimarte?
¿Verdaderamente destrozar tu corazón que ahora está en mis manos y no en la de ellos?
No. No podrán. Lloraremos juntos y volveremos a sonreír después. Eso, llorar,
es caminar sobre el mar de tus emociones. ¿A poco creías que no ibas a mojarte?
Jajajaja… Eso, sonríe.. ¿no te lo dije? Lloraremos y sonreiremos juntos.
Me lo has pedido una y
otra vez con voz cortada y cuerpo ahogado. Hoy te lo pido Yo a ti: Perdónalos.
No sólo no saben lo que hacen, tampoco quieren enterarse. Y es comprensible, ¿a
poco no duele tomar consciencia de las cosas que somos capaces de hacer para
mantenernos funcionando en un mundo que sólo nos usa? Tú lo sabes muy bien:
duele mucho.
Te voy a regalar las
palabras que Teresa escribió, en un momento muy parecido a este. ¿Sabes?, a
todo el mundo le encanta pensar que es en la luz que encontramos la belleza,
pero no. La belleza de la luz resalta en la obscuridad de nuestra alma. Gracias
por abrir la obscuridad de tu alma y permitirme entrar. Ahora que estoy aquí, abre
los ojos y mira: hay mucha belleza. Tú, mi niña hermosa, eres muy bella y buena
y noble y valiente. Y Yo, Jesús, te amo con toda mi alma también.
De todos modos / Madre Teresa de Calcuta
Las personas
somos irrazonables, inconsecuentes y egoístas;
ámalas de
todos modos.
Si haces el
bien, te acusarán de tener oscuros motivos egoístas;
haz el bien de
todos modos.
Si tienes éxito, te ganarás amigos falsos y enemigos
verdaderos;
esfuérzate y ten éxito de todos modos.
Si encuentras la felicidad, las personas podrían tenerte celo;
sé feliz de
todos modos.
El bien que
hagas hoy, será olvidado mañana;
haz el bien
de todos modos.
La
sinceridad y la franqueza te hacen vulnerable;
sé sincero y
franco de todos modos.
Lo que has
tardado en construir años puede ser destruido en una noche;
construye de
todos modos.
Alguien que
necesita ayuda de verdad, puede atacarte si le ayudas; ayúdale de todos modos.
Da al mundo
lo mejor que tienes y te golpearan por ello;
da al mundo
lo mejor que tienes de todos modos.
Verás, al
final, todo queda entre tú y Dios. Nunca se trató de algo entre tú y ellos.
Jesús, Jesús,
Jesús, muchas gracias por sostener mis brazos vacíos y enseñarme a ver lo nada
vacíos que están. Te amo. Te amo muchísimo más que mucho. Te amo hasta el infinito
y de regreso, sólo para volver a buscarte en el más allá de cada instante. Te
amo. Te amo. Te amo.
(1) “El batir de las alas de una mariposa puede provocar un huracán en otra
parte del mundo”… Con esta simple frase
podemos resumir en qué consiste el efecto mariposa. Pequeñas acciones capaces
de generar grandes cambios, positivos o no. Esta idea sacada de la física y de
la” idea del caos” también puede aplicarse al campo de la psicología.” Cita del
artículo “El efecto mariposa”, que recomiendo ampliamente. He aquí la
referencia:
Alcausa Hidalgo, Sofía. (2014, Diciembre 9). “El
Efecto Mariposa”. La Mente es Maravillosa. Tomada de: https://lamenteesmaravillosa.com/el-efecto-mariposa/
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