“Aquí aparece Elías,
cuyo nombre permanecerá como el más grande entre los profetas. Cuando Jesús se
transfigure, Elías estará a su lado (Mc 9,2).
“El nombre de Elías es
un programa: Eli-ya quiere decir: Yavé-mi-Dios. Viene de Tisbé, al otro lado del
Jordán. Esa región pobre y más alejada de las nuevas influencias se había
mantenido fiel a su fe.
“Frente a la apostasía,
es decir, la infidelidad de todo su pueblo, se levanta solo. Se siente
responsable de la causa de su Dios y actúa sin esperar que otros hayan
empezado. […]
“La fe del que pide es
una fuerza, igual que las leyes físicas del universo, y cuando pedimos a Dios
lo imposible, confiados en que Él mismo quiere darlo, Él dispone de muchos
medios para que esto suceda. […]
“Elías empieza su
misión de profeta atacando el desorden más grande, que es no poner a Dios por
encima de todo.”
Todo lo anterior forma
parte del comentario de la Biblia Latinoamericana (2005) de los primeros
versículos del capítulo 17 del Primer Libro de Reyes. Me encantó que nos
presentaran a Elías y nos enfrentaran a la fuerza del acto
de presentarse frente al rey Ajab, así, sin más, y decirle: “Tan cierto como
que vive Yavé, Dios de Israel, a quien sirvo, que no habrá estos años ni rocío
ni lluvia, a menos que yo lo ordene.” (1 Re 17, 1)
¡Qué golpe! ¡Qué fuerza
tuvo su palabra! Porque efectivamente, no hubo lluvia ni rocío. Ni siquiera
para él, que se vio obligado a pedir ayuda a una viuda, cosa que por otro lado
no le costó trabajo, era un hombre que a todas luces podía ver que Dios actúa a
través de los más pequeños y aparentemente menos importantes y más desamparados.
Ella le dio alimento y él le dio la certeza de que en esa época de sequía ni
ella ni su hijo se quedarían sin comer, pues “la harina del tiesto no se
acabará y el aceite del cántaro no se terminará hasta el día en que Yavé haga
llover sobre la tierra.” (1 Re 17, 14)
Mi Bien, mi Amor, que
el nombre de Elías, “Eli-ya”, Yavé-mi-Dios, sea el beso con el que me despierto
y la caricia con la que me recuesto todos los días del resto de mi vida. Que su
nombre sea mi oración más completa y mi fe más certera. Que ese “ya” implique
la aceptación total de tu Presencia infinita y absoluta, la manifestación
inmediata de tu Voluntad. Que encuentre en Elías el compañero que me enseñe a
caminar en la certeza de que no hay fuerza más grande que la que Tú brindas, ni
voluntad más firme que la que Tú expresas. Que, como él, logre vivir en la
sequía alimentándome de lo poco que pueda compartir con otros y lo poco que otros
logren compartir conmigo. Que ese poco se multiplique para todos y nos alcance,
y llegue incluso a trasmutar ánimos y trasformar corazones y mentes, para que,
llegado el día, llueva en abundancia y todos seamos tocados por la caricia de la
aceptación de tu Presencia en nuestra vida: ¡Eli-ya!
Te amo.
Foto tomada de: https://peru.com/mujeres/sexo-y-romance/3-opciones-salir-tu-pareja-sin-gastar-mucho-dinero-noticia-393042
Gracias Amida qué linda enseñanza Dios nos de gracia y apertura para caminar como Eluas
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