"Los israelitas clamaron a Yavé
y Yavé hizo que surgiera para ellos un salvador que los libró... [...] El
Espíritu de Yavé se posó sobre él y se desempeñó como juez en Israel." Jue
3, 9a-10a
El clamor de los israelitas surgió
después de que cayeron en manos del rey de Edom, y eso sucedió porque "se
olvidaron de Yavé su Dios y sirvieron a los Baales y a llos Aserás (dioses
ajenos)". El comentario de la Biblia Latinoamericana (2005 y 1972) nos
dice: "Siempre en la Biblia se juega con esta palabra: quien sirve a un
falso dios por voluntad propia, será esclavo contra su propia
voluntad."
Jesús, son tantos nuestros dioses
falsos: el dinero, la posición social, el poder, son de los más mencionados.
Pero hay muchos dioses a los que les damos poder: la arrogancia, el antojo, la
flojera, el desinterés, la excusa, la ignorancia, en fin. Todo aquello que nos
somete, nos distrae, nos anestesia, nos da la sensación de que "hacemos lo
que se puede", es un dios falso al que le estamos dando poder. Tú conoces
bien todas estas excusas. Libéranos de ellas, por favor.
Permite que tu Espíritu se apodere de
nuestra voluntad a fuerza de conocerte, amarte, admirarte, establecer una
relación contigo. Tu nos conoces y sabes que la liberación no se da de golpe.
Implica una constante disposición a tomar conciencia de nosotros y nuestro
entorno. Implica tener el valor de enfrentar la verdad. Significa, no descubrir
sentidos hechos y dictados por otros, sino descubrirte en nuestra humanidad y
darle un sentido personal a nuestros actos, un sentido comprometido contigo,
con nosotros mismos y con nuestro entorno.
Permite que tu Espíritu recorra
nuestro ser y lo revele. Enciende tu luz en nuestra alma y anima a nuestro ser
a colocar esa luz sobre la mesa, y no esconderla debajo para que nadie la vea.
Sí, seguramente veremos muchas cosas tristes, feas, desagradables en nosotros
mismos y en nuestra realidad. Pero ver es el primer paso hacia el cambio. Se
dice que la justicia es ciega. Pero yo creo que no lo es. El mundo no es
justo precisamente porque no nos atrevemos a abrir los ojos y vernos en nuestra
crudeza y nuestra limitada verdad. Además de que la justicia por sí misma no
existe. Es un intento nuestro, una construcción creada para brindar algo de paz
en momentos de conflicto. Que sepamos trabajar para que nuestra justicia no sea
ciega, sino consciente, abierta a las posibilidades del cambio, dispuesta a
enfrentar la crudeza de una realidad que nos empeñamos en cubrir porque nadie
quiere tener "la culpa", y en el afán de no ser culpables cerramos
los ojos a nuestra responsabilidad.
Gracias mi bien por tu Espíritu que
se empeñó, y aún hoy insiste, en quitarnos las vendas para poder ver. Descubre
mis ojos, los nuestros, porque como bien dice el dicho: de la vista nace el
amor. Y yo quiero vivir enamorada de la faz de tu rostro. Te amo.
Foto tomada de "Citizens demanding justice": http://www.citizensdemandingjustice.org/2017/01/stan-mason-breaking-blue-wall-of-silence.html
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