jueves, 26 de julio de 2018

Sin culpas


 
“Tomarán el arca de Yavé y la pondrán en la carreta, y los objetos de oro que le ofrecerán en reparación los pondrán en un cofre al lado del Arca, y dejarán que se vaya. Miren entonces. Si el Arca se va a su país en dirección de Bet-Semés, su Dios fue seguramente el que nos trajo estas plagas. Si no, sabremos que no fue su mano la que nos castigó, sino que todo esto nos pasó por casualidad.” 1 Sam 6, 8-9

Así que los filisteos se llevaron el Arca de Yavé, pero ciudad en la que llegaba, ciudad en la que sus habitantes sufrían tumores. Así que decidieron regresar el arca al pueblo de Israel. Pero había que asegurarse de que no fueran casualidades, así que amarraron dos vacas a la carreta y dejaron que se fueran solas. Como ya leímos, si solas se dirigían hacia un pueblo de Israel, fue Yavé quien los castigo. Y según el resto del relato, así fue: la carreta llegó a Bet-Semés donde ofrecieron a las vacas como holocausto e hicieron sacrificios. 

Jesús, es muy común creer que de alguna manera los males, las enfermedades, los problemas, llegan como consecuencia, por no decir castigo, de nuestros comportamientos. Si fumas, por ejemplo, es muy probable que tendrás cáncer o algún mal del corazón. Si tomas, desarrollarás cirrosis hepática. Si comes demasiados dulces y carbohidratos, desarrollarás diabetes. Si tu hijo es grosero, difícil, es porque no haces nada por educarlo. Si tienes problemas emocionales es porque te tomas demasiado en serio. Y claro, si está bajo nuestro control, entonces lo que tenemos que hacer es tener “voluntad” de salir adelante, de hacer sacrificios y dejar atrás los comportamientos autodestructivos a los que nos aferramos. Si hacemos eso, mejoraremos. Incluso, nos curaremos. Y todo eso es verdad, hasta cierto punto. 

Porque puedes tomarte todos los remedios, hacer todos los ejercicios, dejar todos los vicios y, aun así, la enfermedad no cede. Incluso, puedes nunca haber fumado y desarrollar cáncer de pulmón, por ejemplo. 

Jesús, ayúdanos a aceptar las cruces que nos tocan cargar, y no rechazarlas por verlas como castigos. Ayúdanos a tomar control de todo lo que podamos controlar, y al mismo tiempo, reconocer que no tenemos control de nada, y aceptar lo que venga, como venga. Ayúdanos a vivir bajo la tensión de las contradicciones que somos, con mala-buena cara, con malos-buenos ánimos, con dolor y tristeza y alegría y esfuerzo. Que aprendamos a sumar, y no restemos nada. Porque somos todo lo que somos: bueno y malo. Y todo tiene su valor y belleza, su bondad y realidad. Que tengamos la capacidad de decirnos: “Estoy mal y estoy bien porque sigo vivo y lo intento.” Que dejemos de culparte y culparnos por lo que nos sucede. La vida es buena y es bella, y lo es cuando la aceptamos en toda su verdad. Te amo. 


 

Foto tomada de ¿En las vacaciones nos ponemos más enfermos? Un interesante artículo de El País:  https://verne.elpais.com/verne/2016/07/28/articulo/1469704632_369711.html

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