"Entonces le
preguntó el rey (David): «¿Queda alguien de la familia de Saúl, para que yo lo
trate como juré ante Dios?» Sibá (antiguo mayordomo de la familia de Jonatán)
respondió: «Todavía queda un hijo de Jonatán, tullido de ambas piernas.» «¿Dónde
está?», preguntó el rey. Y Sibá respondió: «Está en casa de Maquir, hijo de
Ammiel, en Lodabar.» David mandó a buscarlo a la casa de Maquir. Llegando al
lado de David, Mipibaal, hijo de Jonatán y nieto de Saúl (anterior rey), se
inclinó hasta tocar el suelo con su cara. David dijo: «Mipibaal.» Y él
respondió: «Soy yo, para servirte.» David le dijo: «No temas, porque quiero
tratarte con benevolencia, por amor a tu padre Jonatán. Te de volveré todas las
tierras de Saúl, tu padre, y todos los días comerás a mi mesa.» Mipibaal volvió
a inclinarse y dijo: «¿Quién es tu servidor para que te hayas fijado en un
perro muerto como yo?»" 2 Sam 9,
3-8
La cita es de la Biblia Latinoamericana en su edición
de 1972. Elegí esa edición y no la de 2005 por una palabra: muerto. En la
edición más reciente cuando Mipibaal vuelve a inclinarse y pregunta: «¿Quién es
tu servidor para que pongas atención en un perro despanzurrado como yo?»
Creo que la imagen de un perro despanzurrado no es tan
clara como un perro muerto. Cuando decimos muerto sabemos bien a qué nos referimos.
Pero cuando decimos despanzurrado, no queda muy claro si está tirado de panza o
qué.
¿Porqué es esto importante? Porque la palabra muerto define
de manera en que todos podemos entender, dónde está ubicado Mipibaal (llamado
en la versión más actualizada Meribaal): está muerto. Es un tullido, enfermo,
descartado. No tiene dignidad pues nadie se la ha dado. Además, para muchos, su
mal es la consecuencia de sus pecados y los pecados de su padre. No merece el
favor de Dios, ¿cómo va a merecer el favor de los hombres?
Pero David lo trató con dignidad: le dio las tierras
de su padre y abuelo, y le dio un lugar en su mesa. Y la sorpresa fue tal que
Mipibaal o Meribaal, como más les guste llamarlo, no supo más que postrarse con
el rostro en tierra y dar gracias.
Es fácil creer que ese gesto fue humildad, pero ese
gesto significa humildad cuando quien lo hace tiene su cabeza tan en alto que
le implica un esfuerzo grande. Pero para Meribaal, fue el gesto con el que se
trata siempre y define lo que “siente” es: un perro muerto, despanzurrado,
cuyas entrañas ya han sido descuartizadas y que no vive en sí mismo. Pero David
lo invitó a su mesa, es decir, tal y como lo dijo, le regresó su dignidad, lo
levantó del suelo y, esto es muy importante, con acciones le regresó lo que por
derecho es suyo: la dignidad de ser hijo de su Padre. Sin acciones, podemos
decirle a alguien lo mucho que lo valoramos, pero si le niegas la
participación, la posibilidad de convivir, la escucha, si no reconoces sus
bienes o cualidades natas (las tierras de su padre y abuelo), vaya si no lo
integras en su totalidad (eso es estar en una mesa), entonces no le estás dando
dignidad, le estás ofreciendo tu lástima. Le darás, sí, pero siempre y cuando
se mantenga humilde en el suelo y sepa su lugar. Meribaal sabía su lugar y se
sabía perro, pero tomará mucho tiempo para que comprenda lo que esa dignidad de
hijo implica. Por eso David lo dijo así: “todos los días comerás a mi mesa.” Afortunadamente
para él, ya hay alguien que le dará un lugar en la mesa y a fuerza de recibir
un trato digno, volverá a sentirse humano y no perro, vivo y no muerto.
Jesús, enséñanos a distinguir entre la humildad de
alguien y su disposición a ponerse, como suele decirse, en el suelo de tapete
para que otros lo pisen. Ayúdanos a cambiar la manera en que se ven a sí mismos,
y a regresarles la vida al tratarlos con dignidad. Abre nuestros ojos a la
verdad de que todos somos hijos merecedores de su Padre y permítenos establecer
estrategias para que todos nos sintamos y nos sepamos incluidos, integrados y
respetados en nuestra dignidad. No nos dejes ofrecer lástimas, por favor. Que
comprendamos que la lástima se da una vez, pero la dignidad se ofrece para
siempre. Gracias Padre Bueno, Jesús Amado y Espíritu de Verdad. Te amo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario