miércoles, 1 de agosto de 2018

¡No! ¡No sacrifiquemos a nadie!

Venezolanos hambrientos comen de la basura (link al final).


“Pero el pueblo dijo a Saúl: «¿Cómo es posible que muera Jonatán, que le ha dado a Israel una victoria tan grande? ¡Ni siquiera pensarlo! Por la vida de Yavé, no caerá en tierra ni un solo cabello de su cabeza porque él actuó hoy con Dios». Y así fue como el pueblo salvó la cabeza de Jonatán.” 1 Sam 14, 45

Saúl era el rey, dijo claramente que quien comiera algo antes de tener la victoria esa persona estaría maldita. Su hijo, Jonathan, a quien le deben la victoria y que demostró ser un buen estratega, comió miel, porque él no estaba enterado de la orden de su padre. Y al comer, se atrevió a decir: “Mi padre le ha hecho un gran daño al pueblo; fíjense cómo se iluminaron mis ojos en cuanto probé un poco de miel. Si todo el pueblo hubiera hoy tomado algo para comer del botín de sus enemigos, la derrota de los filisteos habría sido con toda seguridad más grande.” 1 Sam 14, 30

Es verdad que ganaron, pero el pueblo estaba completamente agotado. Tras la victoria finalmente la gente se abalanzó sobre cabras u ovejas, bueyes o terneros, los mataron y comieron encima de la sangre. Tal era su desesperación que no se prepararon adecuadamente. Y eso va en contra de la ley de Dios, según se entendía (además, es antihigiénico). Saúl llegó a poner orden y se hicieron las cosas adecuadamente. Saúl ofreció inmolación (sacrificio) en ese lugar y se levantó un altar. 

Saúl quería continuar la lucha y perseguir a los filisteos. Claro que primero se tiraron suertes para saber si hacerlo o no, y, sin describirlo en su totalidad, finalmente se dio cuenta de que su hijo había sido quien comió y rompió el ayuno que se hacía en favor de la victoria. Pero no se enteró antes de asegurar que quien lo hubiera hecho, moriría. 

Jonatán estuvo dispuesto a morir, si así debía ser. Pero el pueblo se opuso. Lo defendió. ¿Por qué? Porque el pueblo se dio cuenta de que Jonatán tenía razón: el pueblo estaba agotado y hambriento. Necesitaba comer. Fue esa desesperación la que los llevó a “comer como animales” sobre la sangre. La desesperación nos puede llevar a negar todo lo bueno que existe en nosotros y en los demás. La desesperación, la angustia, la ansiedad, no nos permiten pensar. Pedirle sensatez a una persona en plena desesperación y ansiedad, es, insensible y deshumano. Y poner orden no implica que se le regañe y se le pida autocontrol, sino que uno tendrá que ser quien sea sensato, sin exigirlo de quien por ahora no puede (la inmolación y el altar lo hizo Saúl).

Ahora, lo más importante no es tener la autoridad para poner orden, sino cuidar las necesidades de aquellos a quienes se gobierna, sobre quienes se tiene dominio, o aquellos a quienes se quiere ayudar. La autoridad por sí misma no implica que haces bien. Y nunca harás bien si ignoras las necesidades de los demás. El pueblo fue fiel a Jonatán porque él fue fiel al pueblo: no le pidió que luchara por él, fue al frente a luchar por el pueblo (la victoria en gran medida se dio porque Jonatán, junto con quien llevaba sus armas, entraron en terreno filisteo y atacaron desde adentro, creando confusión y pánico). También reconoció y se atrevió a decir que su padre, el rey, estaba equivocado. Necesitaban comer. 

Jesús, enséñanos a desarrollar en nosotros esas tres cualidades de Jonatán: Primero, atrevernos a ir al frente y abrir camino, aunque marchemos solos. Segundo, tener el valor de hablar cuando vemos que algo está mal, aun cuando implique perder el amor de aquellos a quienes se critica y pudiéramos, por ello, morir de pena (abiertamente dijo que el rey, el padre al quien amaba, cometió un error). Tercero, reconocer las necesidades de los demás, y en la medida de lo posible, cubrirlas o ayudarles a que las cubran. También danos la lealtad de un pueblo que sabe que ha sido visto y escuchado en sus necesidades. Un pueblo que se atreva a decir: ¡No! ¡No sacrifiquemos a nadie! Menos aún a quien tanto bien nos ha hecho. Te lo pedimos Señor Dios nuestro. Te amo.



El artículo del que se tomó la imagen critica la exaltación de Maduro como un hombre que ve por su pueblo, mientras se ignora la realidad vivida en las calles:

Foto tomada del artículo: “Starving Venezuelans resort to eating garbage, selling human organs”: https://kevinwhiteman.com/starving-venezuelans-resort-to-eating-garbage-selling-human-organs/

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